Si desde pequeños no elegimos nuestra raza, apellido, corpulencia o inteligencia, de grandes somos capaces de elegir una familia, con la que no necesariamente tenemos apellidos en común. Amigos entrañables, compañeros de camino, a tiro de piedra o a un click de distancia. Queridos amigos, de concesiones y confesiones. Familia.
Hoy me encontré con otra canción de Rubén Blades, llamada «Vida», que habla de esto. Pero que también habla de que «los blancos huesos de un muerto pueden ser de cualquier raza». Es una letra de tango con música de salsa, con ritmo de clave y con olor a bandoneón. Y ha llegado precisamente cuando, en Francia, intentan agregarle una acepción a la frase «libre tránsito», a partir del incómodo «problema» de los gitanos, de los que se dice pero que no se deja que digan. Justo hoy, cuando El Periódico ha publicado una información acerca de la muerte de un joven a manos de un cuarteto de otros jóvenes, en un barrio de Barcelona.
Cuando era niño, la delincuencia en los medios era de personas contra personas. Ahora, ya de mayor, es de personas con procedencias contra nativos o personas «con otras procedencias». Hoy el crimen relatado en El Periódico era de gitanos contra latinoamericanos. Personas. Jóvenes. Sueños. Palabras. ¡Qué leve es la diferencia entre palabras, y qué inmensa se hace entre las personas!
Nuevamente Blades («navajas», en inglés) separa las aguas. Y establece que aquí no habrá más que huesos. Se olvidarán los apellidos y los eventos, quedarán los huesos. Como los que han aparecido en la última semana, en dos fosas comunes, justo donde quieren construir una carretera, en la España aún rural.
Si vamos hacia el mismo lugar, y llevamos los mismos ideales, ¿por qué no vamos juntos?
Va de corazón para los hermanos gitanos a lo ancho y largo del mundo (la música ha evolucionado gracias a este pueblo, no lo olviden), para los hermanos peruanos en Chile, los ecuatorianos de Barcelona, los chinos de Manresa y el hermano de Senegal que me regaló una sonrisa y un saludo en la calle sólo porque yo llevaba una camiseta con Bob Marley, y que nunca podré agradecer suficientemente.
PS: Sigo sin entender que haya gente que quiera ir de turista a India, por ejemplo, y conocer el sistema de castas, es decir el sistema que te condena a vivir de una forma según el origen que tengas. Es más barato, tú… Es cosa de irte a las afueras de cualquier ciudad española importante: al barrio de La Mina en Gerona, en Barcelona, o a las afueras de Madrid. Y no tendrás que soportar comidas picantes y volver «quejándote» de lo incómodo que es allí donde fuiste o de la cantidad de barro que allí hay, con ese tonito de status. A veces incluso dudo, oye: si Vicente Ferrer hubiera hecho lo mismo para los gitanos de las chabolas de Madrid, no habría salido en ninguna portada española, ni antes, ni durante ni después.
«Vida»
Rubén Blades
Tiempos, 1999
Como siempre diste en el clavo…Me gustan tus palabras y su música!
sigo viajando al ritmo de los acontecimientos y al que la vida me va regalando…
Besos!
ángela