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Narrativa

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Lucybell: «Ave Fénix»

Abre una ventana que no sea electrónica, respira. Era de mañana, la gente aún no salía a trabajar, y tenías el cuello marcado por esa soga. Vivir a veces cuesta un poco de muerte: ese niño caprichoso del que debes aprender a despedirte. El mismo niño curioso del que ojalá no te separes jamás.

Michael, el negrito bailarín

Tú, Michael, negrito bailarín, el primer negrito que tuvo éxito fuera de la incubadora negra de Motown, el primero en conseguir un estilo indiscutiblemente propio, el emblema de una música pop que fundió acertadamente el ritmo del disco con los brass y las secciones de cuerdas, el último de los talentosos que no necesitaba una cohorte de bailarinas que le ayudara a llenar el escenario. Michael, el dibujito animado siempre acompañado del ratón y la serpiente, el niñito bromista que dio de comer a una familia numerosa, el que nunca quiso dejar de ser Peter Pan.

Hernan Casciari: «Melancolía de mujeres analógicas»

Me encuentro con un viejo compañero de la primaria que no veía desde los años ochenta, y del que tuve noticias a través de una red social. Nos citamos en un bar del centro, nos palmeamos con cariño falso, pedimos unas cervezas. Le digo: “Qué increíble, para lo que acaba sirviendo Facebook”. Se ríe fuerte, como si le estuviera tomando el pelo: “Si Facebook sirviera solamente para encontrarme con vos, gordo boludo —me dice—, yo no tendría banda ancha en casa. A mí Facebook me cambió la vida, pero de verdad”.

Mario Benedetti: «Puntero izquierdo»

Lo que yo digo es que así no podemos seguir. O somos amater o somos profesional. Y si somos profesional que vengan los fasules. Aquí no es el Estadio, con protección policial y con esos mamitas que se revuelcan en el área sin que nadie los toque. Aquí si te hacen un penal no te despertás hasta el jueves a más tardar. Lo que está bien. Pero no podés pretender que te maten y después ni se acuerden de vos.

Hernán Casciari: «El móvil de Hansel y Gretel»

Anoche le contaba a la Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm. En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: “No importa. Que lo llamen al papá por el móvil”.

Julio Cortázar: «Los exploradores» (en Historias de Cronopios y de Famas)

Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sándwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición.

Julio Cortázar: «Louis enormísimo cronopio»

Parece que el pajarito mandón más conocido por Dios sopló en el flanco del primer hombre para animarlo y darle espíritu. Si en vez del pajarito hubiera estado ahí Louis para soplar, el hombre habría salido mucho mejor. La cronología, la historia y demás concatenaciones, son una inmensa desgracia. Un mundo que hubiera empezado por Picasso en vez de acabar por él, sería un mundo exclusivamente para cronopios...

Mario Benedetti: «Picazones y rascacielos»

Mario BenedettiSegún parece, los cielos sufren a menudo de picazones. Bueno, para eso están los rascacielos. A ciertos cielos tenebrosos, como el de Nueva York, los rasca el Empire State Building, que ha suplido en esas funciones a las desdichadas Torres Gemelas.

¿Cómo se hace?

Quedarse en los pasos de esa mujer que avanza como si fuera el primer día del año, irse con ella en la suela de sus zapatos, esperar la llegada probable, anunciar el saludo deseable, buscar con las manos y encontrar otra vez esa sensación antigua de haber estado allí, antes, en otro cuerpo quizás, con otros aromas. Perdonar, no abarcar, impedir, no aguantar.

Pasados inmediatos

Por un golpe de voluntad, justo antes de enloquecer de dolor, todo puede ser cambiado. No es cierto que se tiene que soportar el sufrimiento, ni que se deba empeñar el alma en la inútil tarea de amar a un corazón que ha envejecido.

Suicidas

He vivido viendo cómo esa bala viene apuntando directamente a mi centro. He pensado mucho si correr o quedarme, he perdido mucho tiempo en eso. Y hoy, tardía pero no irremediablemente, estoy quitándole el cuerpo a la trayectoria que dibuja el proyectil que disparé hace tantos años.

Mi nombre es Iván Tamayo e impulso.blue es mi sitio personal, y la forma que he encontrado para guardar y compartir anotaciones, hallazgos, historias e ideas que pueden ser (o no).

impulso.blue entró en pausa en 2014, y lo he retomado en enero de 2024, esperando recuperar el tiempo y la memoria de estos años pasados. También es mi forma de no participar en redes sociales, y de mantener esta memoria en el tiempo y en un lugar preciso.

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