Ya sabes que no creo en casualidades ni en azares, ni en suertes ni en ademanes. Por eso seguro entenderás lo que he sentido al hurgar en mis cd y encontrar un tema de Cerati llamado Artefacto. No es igual igual al nombre que he dado a mi blog, pero escuchándolo tiene algo más que un aire a la idea original.
Art-e-Facto es la unión de «art» (casi todo lo que me gusta de estar vivo), y «facto» (casi todo lo que pasa en la vida). Art y Facto, art-e-facto. Punto net porque me gusta la idea de red, y porque net, en catalán, significa limpio. O sea, he sacado cosas de cuadernos y libretas, de hojas sueltas, etiquetas y servilletas, y las he puesto en limpio. Ya era hora, los 40 son un buen momento de inflexión, y no uno de depresión, como era antes, cuando el mundo no solía hablar del sexo después de los 50.
La canción de Cerati no lo dice todo, pero si lo juntas con impulso, tendrás una idea de lo que es este invento-blog, rudimentario y refinado a la vez, como los pinball o flippers que fabricábamos con mi hermano de pequeños, con madera, bolitas de cristal y bandas elásticas; quien no haya ensuciado sus rodillas de barro, no se haya marcado las manos con herramientas por domesticar, y no haya celebrado la pobreza, no sabrá lo que es, en verdad, un artefacto. Comprará, usará y tirará, pero no recordará el aroma que tenía el día que se le ocurrió hacer tal invento.